

Carrito
Rérérence : HWAYUU8
Esta hamaca es una red tejida muy apretada. No deja ninguna marca en la piel, pero mantiene una gran flexibilidad. Se adapta perfectamente a todos los contornos de nuestro cuerpo. Fabricada con hilo acrílico, los colores casi nunca se desvanecerán, incluso bajo pleno sol.
Esta hamaca es una red tejida muy apretada. No deja ninguna marca en la piel, pero mantiene una gran flexibilidad. Se adapta perfectamente a todos los contornos de nuestro cuerpo. Fabricada con hilo acrílico, los colores casi nunca se desvanecerán, incluso bajo pleno sol.
Pequeña historia personal en tierra Wayuu.
Mi primera visita a Colombia se remonta a 1993. En aquellos años, la guerra civil era realmente intensa. Los paramilitares ocupaban casi todo el territorio noreste de Colombia, el desierto de La Guajira, tierra de los indígenas Wayuu. Esta tierra era muy codiciada porque, rica en carbón, numerosos convoyes de trenes despertaban el interés de las diferentes facciones de la guerrilla. En ese momento, me era imposible ir allí. Demasiado peligroso. Sabía que sus hamacas estaban entre las más hermosas de este país y un amigo colombiano me permitió hacer el contacto a distancia con los Wayuu. Encargué mi primera hamaca pidiendo un bordado especial en los flecos. Primero el nombre de mi empresa "Tropical Influences", luego unos lagartos y también mariposas. Los lagartos, al estar fijos en los flecos, no pueden atrapar las mariposas. Como un signo de paz eterna, ese era el mensaje que quería transmitir a la artesana que pondría su corazón en tejer esa hamaca para un francés que no podía conocer.
La hamaca llegó muchos meses después. No proporcioné un dibujo para el lagarto porque, al ser habitantes del desierto, estaba seguro de que sabrían representarlo a la perfección. ¡Ups, se parecen un poco más a ratones!
Esta hamaca de abajo tiene más de 20 años. La exhibimos muy regularmente frente a nuestra tienda, bajo el sol. Sus colores aún están muy vivos y apenas se han desvanecido.
Muchos años después (2005), un presidente colombiano llamado Álvaro Uribe logró hacer una gran limpieza en el país. La guerrilla fue contenida y entonces pude empezar a viajar por todo el país y finalmente conocer a los indígenas Wayuu. Nunca supe quién tejió mi primera hamaca. Durante mi primer viaje al desierto de La Guajira, pude constatar los daños de la guerra civil. Había en un lugar unos rieles de tren explotados y una veintena de ejes de vagones de tren abandonados a los lados.
Este país es magnífico y sus habitantes son sonrientes, generosos, solidarios y atentos.
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