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Incluyendo 0,33 € para ecotasa
Rérérence : H25amaru
Pura tradición de hamaca hecha a mano del pueblo de San Jacinto en Colombia, que es a la hamaca lo que Saint Emilion es al vino. ¡Trabajamos con los mismos artesanos de este pueblo desde 1995! Hamaca de alta gama que permanecerá en la familia por mucho tiempo... Modelo único, Arena.
Pura tradición de hamaca hecha a mano del pueblo de San Jacinto en Colombia, que es a la hamaca lo que Saint Emilion es al vino. ¡Trabajamos con los mismos artesanos de este pueblo desde 1995! Hamaca de alta gama que permanecerá en la familia por mucho tiempo... Modelo único, Arena.
¡Estamos presentes en Colombia desde 1994! En esa época, la guerra civil estaba presente en todo el territorio. Por aquel entonces, nos arriesgábamos viajando en autobús desde la gran ciudad de Barranquilla. Por suerte, la fortuna siempre estuvo de nuestro lado. Desde entonces, tuvimos la oportunidad de conocer a artesanos formidables con quienes hemos creado lazos muy estrechos. ¡En 2025, seguimos trabajando con los mismos artesanos! Por supuesto, es un comercio de lo más leal que existe. No regateamos el precio (¡excepto cuando sabemos que el artesano exagera!) y sabemos que un comerciante colombiano pagaría mucho menos que nosotros por una hamaca similar.
Estos artesanos viven de manera sencilla, pero su trabajo les permite tener un nivel de vida muy digno. De hecho, hemos notado que algunos de los artesanos incluso tienen seguro de salud privado cuando tienen algún problema médico. Eso está lejos de ser el caso para todos los colombianos.
Esta hamaca es la expresión de un saber hacer ancestral transmitido de generación en generación en San Jacinto, Colombia. Requiere unos quince días de tejido porque la realización de los flecos es compleja. El tejido apretado de la tela de la hamaca garantiza no solo una comodidad duradera sino también una resistencia notable ante el desgaste diario. Esta hamaca te durará toda la vida y es muy probable que la transmitas a tus hijos. El día que la tengas en tus manos, comprenderás hasta qué punto esta hamaca es una muestra de artesanía sumamente respetable y la cuidarás mucho. Entonces, ¿pronto en tu casa?
Los flecos forman parte integral de la identidad de las hamacas colombianas de lujo. Antiguamente, servían de manta: bastaba con doblarlos sobre uno mismo para protegerse del viento o del fresco. Hoy en día, son sobre todo un elemento decorativo fuerte que da carácter a la hamaca. Tejidos planos con esmero, revelan todo el saber hacer artesanal colombiano. Cuanto más complejo es su trabajo, más valor adquiere la hamaca.
Pero estos flecos no están solo para embellecer: también refuerzan la estructura de la hamaca. Las cabezas, hechas de piola de algodón natural (una cuerda gruesa de algodón crudo), aseguran una excelente resistencia a la tensión y garantizan la solidez del conjunto. Esta mezcla de belleza y robustez es lo que da riqueza a la hamaca colombiana: un objeto a la vez funcional, cómodo y lleno de encanto, donde cada detalle cuenta.
Para colgar tu hamaca con seguridad y estilo, tienes tres tipos de soportes disponibles:
– El soporte de alerce, económico y elegante
– El soporte de abeto, robusto y natural
– El soporte Azteka de metal, práctico y adaptable a todos los modelos
Para colgar tu hamaca fácilmente entre dos árboles, en una terraza o en una habitación, ofrecemos una amplia gama de accesorios: cuerdas resistentes, mosquetones, ganchos y otras fijaciones. Todos nuestros equipos están seleccionados para garantizar seguridad y facilidad de uso, incluso para principiantes.
Descubre nuestra guía completa: ¿Cómo colgar bien mi hamaca?
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